
Embriágame con un beso,
sedúceme con tu mirada,
hazme anhelar tu cuerpo
en esta noche helada.
Hipnotizame con la cintura
y con el moviminto de tu cabello;
que en este momento, hermosa criatura,
tu eres diosa y yo solo un plebeyo.
Espacio que se llenará de letras que aparentemente no tendrán más que un sentido particular. Varios seres que escribirán sin mayor pretensión que el mero deseo de dejar rastro de sus ideas, pensamientos, realidades y ficciones. Sin orden alguno, tan sólo unidos por una de las prácticas más reconfortantes como lo es la escritura.
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