lunes, 12 de abril de 2010
Espejo
- ¿De qué podríamos hablar? Ya lo sabes todo y solo quieres molestar.
No te quiero molestar, solo quiero levantarte el ánimo, hacerte ver lo sencillas que son las cosas. No tienes nada de que arrepentirte, hicimos lo correcto y era lo mejor para ti. Siempre nos ha funcionado, o ¿no? Ahora si, por favor esconde la mochila… Y salgamos a caminar…
Mira cuanta gente, se ven tan alegres mojándose bajo la lluvia y tu, mírate, tan miserable y sin ningún motivo para serlo. Ya te lo dije ella también se lo merecía, no supo cuidarte como tu a ella.
- Pero yo tuve la culpa.
Qué tontería dices, tu eras con ella casi perfecto, nunca te equivocaste en el trato que le dabas, le ofreciste mas de lo que poseías, tanto amor y cuidado; siempre tan atento. Te entregaste por completo y nunca te lo agradeció. Pero gracias a mi ahora si te pagó con lo mas preciado que tenía.
- Si, tienes razón… Fue culpa tuya.
Habla más bajo, si te escuchas y ven que estas hablando solo pensaran que estas, tu sabes, jajajá, loco.
-¡Cállate! ¡No estoy loco!... ¡Déjame en paz!...
Ja, ja. Ridículo, no estas loco, pero le gritas al aire y corres a tu casa para refugiarte en la esquina mas oscura de tu cuarto. Pero no estas loco amigo mío.
- ¿Qué es lo que quieres?... ¡¿Por qué no te largas?!
Solamente quiero que seas feliz, eso es lo único que deseo, y es lo que tu anhelas, o ¿me equivoco? Ya, ya; deja de llorar, todo va a estar muy bien, tan solo intenta olvidar lo que ocurrió y respira, ¿vez?, no es tan malo, antes ya lo habías hecho, no sé por qué ahora tomas ese carácter tan suave. Mejor dime, ¿por qué tan triste?
- Yo no quería hacerlo, tú me obligaste.
Pero por supuesto que yo te obligué, si no ¿de que otra forma lo habrías hecho? ¿No recuerdas por qué me llamaste?, ¿ya no te acuerdas por qué me creaste? “¡Ya no quiero ser tan tonto, me gustaría ser fuerte y estar tranquilo y feliz, y jamás dejar que me vuelvan a lastimar y burlarse de mi!”. Suplicaste por un cambio y aquí me tienes. Todos los que te insulten o lastimen tienen que sufrir.
- ¡Pero no ella!
Te gritó, te insultó, sin mencionar que te abofeteó, ¿crees que es eso poco? Te equivocaste una vez, si, pero no te merecías eso.
- Me lo merecía, estaba enferma, y tenía que cuidarla. Yo sabía que tenía que cuidarla y aun así preferí quedarme un momento más con aquella otra mujer en ese bar de mala muerte. Por eso se molesto conmigo, ella estaba en lo correcto. Por eso grito ¿vez?
Si, te gritó y no tuve otra opción que callarla, para encontrar de nuevo la tranquilidad que tanto imploras, y debajo de la almohada su estruendosa voz no se escucha. Ya era tiempo que alguien la callara. Deberías agradecerm…
- No, no, ¡no, no, no y NO! ¡Tenias que cuidarla! ¡Debías obedecerla! Ella me entregó todo, siempre lo hizo y en verdad me amaba.
Sí te amara no te lastimaría, no te humillaría, no te insultaría… ¿Qué haces? ¡Deja eso!.... ¿Qué estas haciendo?
- Disculparme… ¡Lo siento, lo siento!... Déjame ver tu cara de nuevo y perdóname…
¡No!, ¡Deja la mochila, dej…! ¡Suelta el espejo!... no, vas a rompe…
- Lo siento, lo siento, en verdad no quería hacerlo, ¡lo siento, lo siento, lo siento!... perdóname… mamá.
sábado, 27 de marzo de 2010
Plebeyo
miércoles, 24 de marzo de 2010
Cosas del Corazón

De repente sonó el despertador y con todo el dolor de su alma Angélica se tuvo que levantar dispuesta a ingeniar una excusa para faltar a la escuela. Muy a su pesar se dirigió hacia el baño que ya estaba preparado para arreglarse antes de ir a la escuela.
Al pasar frente al espejo encontró lo mas espantoso que toda chica teme encontrar: tenia los ojos rojos y unas ojeras enormes, se metió rápidamente a la regadera para desaparecer con el agua esa imagen y mientras se bañaba escucho a su madre tocar la puerta anunciando que el desayuno estaba listo. Angélica trato con gritos de disuadir a su madre, pero ya era tarde tenia que ir a la escuela.
Con las esperanzas rotas se alisto. Se puso el uniforme y preparo su mochila con las materias de ese día. Bajo las escaleras, dio los buenos días a sus padres y se apresuro a tomar el desayuno para después salir corriendo en dirección a la escuela.
Sin embargo tomo el camino largo, no quería encontrarse con él. Solo de recordar su rostro y lo sucedido el día anterior se le llenaban los ojos de lagrimas y las ganas de regresar corriendo a su casa la invadían por completo.
Llego a la escuela como siempre, saludando a todos aquellos que se encontraba en su camino. Era una chica muy linda y popular por lo que se pregunto que es lo que la hizo actuar de esa manera si podía tener al que quisiera cuando quisiera. Pero algo en él era diferente, algo que no todos tenían y que la volvió loca por él.
Las clases transcurrieron normales hasta la hora del almuerzo, fue ahí donde su mejor amiga Zaidith hizo la pregunta:
-¿Qué tal tu fin de semana?- le pregunto mientras esperaban en la fila para comprar sus almuerzos.
Caminaron a través del patio, Angélica comenzó a relatar el momento mas devastador de todo el fin de semana.
- El sábado la pase con mis papas pero el domingo fui a Chapultepec con Ramiro. Todo iba muy bien. Paseamos por los alrededores, subimos a una lancha, alimentamos a los patos, visitamos el zoológico y almorzamos a la sombra de un árbol. Fue un día inolvidable.
- ¿y después?- pregunto Zaidith mientras abría una bolsa de papas
- De regreso a mi casa, me pidió que nos desviáramos un poco ya que quería decirme algo importante. Llegamos a un parque y nos sentamos en los columpios. Él miraba al suelo mientras yo contemplaba las estrellas deseando compartir más días como ese. En ese momento tomo mi mano, en su mirada se veía lo que mas temía y el final de esos hermosos días. Entonces dijo con las palabras más suaves y tiernas que lo nuestro fue algo bello pero tenia que terminar.
Mis ojos se llenaron de tristeza, quise pedirle una explicación pero un nudo en la garganta sello mis labios y lo único que pude hacer es salir corriendo. Corrí lo más rápido que pude mientras recordaba aquellos hermosos momentos: nuestro primer beso, nuestros ratos felices y los problemas que enfrentamos juntos. En mi cabeza trataba de encontrar una respuesta a su decisión pero los recuerdos y las lágrimas nublaban mi vista y no me dejaban concentrar.
Después de vagar por un rato llegue a mi casa. Subí rápidamente las escaleras para evitar que mis padres observaran mi estado. Me deje caer en la cama, saque todas las películas que él llamaba cursis y con los chocolates que una vez me regalo comencé a llorar por mi desgracia. De cansancio me quede dormida.
La campana de la escuela sonó anunciando el regreso a los salones de clases. De regreso Zaidith consolaba a Angélica diciéndole que todo pasaría. Sin darse cuenta pasaron por las canchas de fútbol, un balón se detuvo delante de ellas interrumpiendo su camino. En ese momento un chico corría hacia ellas, era Ramiro. Se detuvo, tomo el balón, pidió disculpas, con una sonrisa en el rostro dijo: - Hola Angélica, hola Zaidith y se alejo para reunirse con sus amigos.
sábado, 6 de marzo de 2010
Reminiscencias.
¿Y qué quedó? Nada, absolutamente nada. Ni una sonrisa, ni una mirada, ni un suspiro, mucho menos una bella canción o una sublime pintura. Todo se lo llevó y con nada me he quedado. Fue como un huracán que arrasó con todo; su ojo me sedujo y terminó por llevarse lo que alguna vez fui. Ahora mismo el ayer me resulta tan lastimoso que cuando miro sus fotos termino por deprimirme. Es masoquismo, lo sé, pero intentar salir de este círculo vicioso me ha resultado tan difícil, tan confuso.
Sigo esperando el día en que me levante, me mire al espejo y diga –ya no hay nada, eres de nuevo el que fuiste antes de que llegara tu perdición, tu más grande dolor-. ¿A quién quiero engañar? sigo pensando en ella. Alguna cosa cotidiana, en el momento menos esperado, me remite a su fantasma. Esos fantasmas que nunca me han abandonado. Una silueta, una canción un “lo que sea” que provoca una reacción en cadena que destraba el cajón de los recuerdos.
Lo poco rescatable es que la herida sanó, con la infaltable cicatriz, pero me ha quedado claro que esa jamás se borra. Mi tristeza ya no es una constante que afecte la mayoría de mis días, solo me pongo melancólico cuando transcurren los días significativos a ciertos hechos.
Desearía olvidar. Quisiera que mi memoria a largo plazo fuera igual de ineficiente que la de corto plazo. Pido imposibles. Solamente quiero vivir sin que mi pasado se presente sin siquiera saludar y avisar que viene a molestar una vez más. Si la amnesia estuviera a mi alcance, en forma de brebaje, la tomaría sin mayor reparo.
Cuando sepa de algún remedio a esta situación, lo aplique y funcione, creo que se habrá perdido una parte de mí, un pedazo de realidad un tanto delirante… y quizás ya pueda dormir en paz.
sábado, 27 de febrero de 2010
LUZ VERDE
miércoles, 17 de febrero de 2010
10 de febrero
lunes, 8 de febrero de 2010
Identidad perdida
Se arma un rompecabezas, ahora soy parte, soy fusión de un mundo, formo parte de él y aún así no encuentro mi lugar. Mi piel se ha cubierto de sangre que no es mia, de mentiras e invenciones, de evoluciones y revoluciones, del mundo exterior; mi cuerpo se ha empapado de años lejanos que ni siquiera he vivido pero que me marcan a cada paso que doy.
Me sorprendo con cada mirada, pues no soy única, soy un híbrido de esta creación, y es todo, es la vida, es el aire, es el amor, y qué son todas esas cosas, qué significan las cadenas en contraposición con la libertad, no me he apropiado ni del propio concepto de vivir, y ya no quiero escuchar, ni quiero ser escuchada, sólo quiero dormir en la profundidad de la soledad.
Quiero perder, quiero olvidar por un momento que soy un ser humano y vivir sólo por estar aquí, no porque me lo piden, no porque me lo exigen; no quiero que mi vida sea un requisito que tengo que cubrir, quiero estar sola porque quiero estar en el mundo real, quiero archivar mis momentos, quiero decir que no.
Quiero rebelarme ante mi propio yo, porque no lo reconozco, porque no es parte de mi, porque él es uno y yo soy otra, soy un ser...
Pero no lo sé, no estoy segura de lo que tengo que hacer, no he preguntado a aquel ser que desafió a la autoridad si regresó ileso de su partida, aunque ya sé que no, que cada quien emprende su propia lucha y ninguna es igual, pero no estoy preparada,no he reconciliado mi cuerpo con mi alma y no estoy completa ni tengo las armas. Quiero gritar, quiero volar, quiero decidir sin límites, no quiero hablar de un Estado de derecho, ni de absolutismo, no quiero un poder supremo ni una ideología, sólo quiero reconocerme en este mundo donde me perdí.
No pido más, sólo sentir que existo de verdad en este mundo fragil y facil de manipular, donde en realidad existen más de mil mundos, donde un día puedo ser una y otro día alguien más, donde existen vidas paralelas y también los sueños con la tecnología que todo lo hace realidad.
Y tal vez, sólo tal vez, quisiera tener el control de mi nadamás, pero no puedo negar mi naturaleza, ahora soy un ser social. Ya no espero milagros, ya no espero solidaridad, en este mundo se pide lo que no se tiene, y yo quiero volver a sentir, quiero que mi cuerpo sienta el calor del sol y se empape de la lluvia, no quiero bombardeos comerciales, no quiero estrategias ni planes, aunque esto sea lo que me haga sobrevivir.
Mi cabeza está a punto de estallar, no quiero hablar del fuego, del espacio o de la vida, no todos somos iguales y sólo quiero saber quién soy entre todos los que estamos en este lugar...
jueves, 4 de febrero de 2010
SOÑANDO CON LA OTRA CARA DE LA LUNA
El viento seca mi cabello húmedo debido a la ducha. Me incita a cubrirme los brazos desnudos. Sigo caminando, esta vez, mirando mi entorno. Es sábado por la noche y hasta las calles temen de la presencia juvenil. En sentido contrario, al lado mío, pasan tres parejitas de niños jugando a ser grandes, pensando como Pinky y Cerebro que esta noche tratarán de conquistar al mundo. Sí, sólo tratarán…
Sonríen y caminan con gran velocidad y sus ojos brillan cual ojos de gatos entre la oscuridad al menor rayo de luz que los resalta.
Esta noche de males, de luna llena, las brujas andan sueltas. Mujeres inhumanas, despiadadas y capaces de acabar con vidas humanas danzan en la oscuridad gozando de la luz que el astro solar presta a la luna.
Maldad sólo maldad. Cierro los ojos y la impotencia recorre mi cuerpo. Imagino que soy feliz. Que las parejitas siguen siendo niños. Que no quieren tratar de conquistar al mundo sino que buscan ser conquistados por lo que él posee: naturaleza, belleza y grandeza. Ellos no van en sentido contrario al mío, sólo vamos conociendo el mundo en venas distintas que algún día nos habrán de juntar en el corazón del mismo organismo recorrido.
Me he concentrado tanto, que ahora en lugar de ver ojos de gatos en la oscuridad, veo ojos llenos de bondad e inocencia eterna. Y en vez de brujas malévolas danzando bajo la luz de la luna planeando atrocidades, comienzo a dar vueltas al ritmo de una ronda llena de alegría y siento que un rayo de luz ilumina los rostros felices de la gente que he visto llorar.
Luego pienso que la noche pasará pronto… tan pronto que cuando abra los ojos ya será de día y la luna llena, con todo y su melodiosa apariencia, habrá desaparecido, al igual que mis ilusiones se habrán esfumado tras sentir la superficie rasposa del piso en mis pies. Así será cuando caiga en cuenta que sólo tuve un sueño con la otra cara de la luna.
domingo, 31 de enero de 2010
La última noche...
Hace ocho años ni si quiera pensaba en estar aquí, mi vida era otra, aún no existía, llegué a pensar que estaba bien, que no tenían porque mandarme tan lejos de mi mundo, pero de repente sin saber cómo, ya estaba aquí…
Era un lugar raro, sus colores pasteles no satisfacían mis gustos, recuerdo que lloraba a cada momento suplicando el regreso, pero nadie me escuchaba; ellos pensaban que yo estaba solo y efectivamente así me sentía, rechazado por las manos de quien me echó de aquel paraíso en el que jugaba con otros como yo.
Debido a esa soledad ellos trajeron compañeros, como aquellos que tenía en aquel lugar, decían que eran mis hermanos, pero cuando querían que vinieran a verme les llamaban hijos.
Recuerdo que con todos ellos pasé varios momentos, muchas veces lloramos y nos enojamos, no entiendo muy bien por qué. Pero no sólo ellos estuvieron, también conocí otros seres a los que les llamaban amigos, yo ahora no los puedo describir muy bien, pero ellos a mi sí, y es que era lo que llaman en este lugar, un ser algo quejumbroso, nada me parecía, nada disfrutaba, todo me enojaba y por cualquier cosa lloraba, pensando sólo en el paraíso que había dejado.
Pero hoy ese paraíso ya no me importa, porque hoy es la última noche que veo la luna a través de mi ventana, la última noche que veo los dibujos de mi pared y me veo al espejo y puedo retroceder, puedo ver lo que viví, pero ya no lo puedo vivir.
Veo a mi alrededor y no puedo creer cómo eso que llaman amor llegó, puedo recordar cada momento y amo mis caídas, amo la vez que me tropecé con el propio viento, amo la vez que se fue la luz y mis padres iluminaron la casa con luces que hoy no quiero ver; y es que la luz se aleja, esa luz del sol que tanto me cegaba, ahora sólo me quedan las velas que están junto a mi ataúd.
Como quisiera que todo fuera un sueño, pero hoy no me voy a quejar, pues es la última noche, aún puedo respirar el aire que todos me brindan, recordar los momentos que me regalaron, agradecer con una única sonrisa. La verdad nunca pensé irme, nunca pensé llegar, pero ahora no me dirijo hacía ningún lugar, porque el verdadero paraíso se formó por todo lo que viví.
Ahora volveré a no sentir, volveré a ser lo que quería ser, un alma sin vida. Empiezo a no recordar, es mi última noche en este lugar, han pasado apenas ocho años, me siento solo otra vez, y tú ¿cuándo me vas a acompañar?, no te preocupes, no me des una respuesta, yo tampoco sabía que hoy iba a ser la última noche…
La vida...
Recuerdo aún cuando me dijeron que te iba a perder, había salido de la escuela, mi hermano estaba enfermo, pero tú seguías en pie, eras lo único que me quedaba, mi único refugio, mi único consuelo, y no me soltaste, no me dejaste caer.
Ese día era un miércoles por la mañana, me había despertado y como siempre escuchaba música que te complaciera, pero esa música se apagó, llegó ella y me dijo: “nos tenemos que ir”, yo no lo podía creer, había pasado tanto tiempo contigo y ahora me tenía que marchar y dejarte atrás junto con todos mis recuerdos.
Al principio no me preocupaba, pensaba que no te iba a extrañar, que a veces habíamos discutido y el no estar contigo me hacía sentir bien, pero no fue así, pues cada día que pasaba me aferraba más a ti. Dormía más de lo debido para quedarme contigo, y tú me resguardabas de todos mis problemas, me hacías sentir bien, pero luego te fueron masacrando y entendí que me tenía que ir.
Tú estabas muriendo poco a poco, cada mañana era un golpe más, ellos masacraban tu cuerpo para reconstruirlo y al final no dejar nada de ti, y a pesar de eso seguiste en pie ante mí, hasta que ya no se pudo, hasta que me brindaste la última risa, la última lágrima.
Aún recuerdo y te agradezco todo, desde el momento en el que volví a nacer contigo, eras mi templo, mi luz, mi alma. En ti se guardarán todos esos recuerdos, los dibujos que pintamos sobre la pared, los amigos que compartimos, los amores que vivimos, aquellos tropezones, aquellas lágrimas que sufrimos, aquellas muertes, aquella vida.
Me enseñaste a vivir, guardaste mis secretos, ellos te destruyeron pero no dejaste que me tocaran, no dejaste que mataran mis anhelos, tú seguirás conmigo en mis pensamientos, el tiempo que pasé contigo es oro que nadie me puede robar, y aunque ya no existas te recordaré con una sonrisa, sólo porque tú me enseñaste a sonreír, porque me dejaste con quienes también me aman, porque la última noche, me dijiste:
GRACIAS POR ESTAR AQUÍ, ESTA ES LA ÚLTIMA NOCHE PARA MI, PERO TU VIDA SIGUE, NO ARRUINES MI NOCHE CON TU DOLOR, NO QUIERAS SER EL PROTAGONISTA DEL MUNDO, ESPERA TÚ NOCHE Y HAZME INMORTAL ASÍ COMO ALGUIEN MÁS TE HARÁ INMORTAL A TI DESPUÉS.
jueves, 28 de enero de 2010

La tome fuertemente con mis manos, retrocedí dos que tres pasos y comencé a preparar el ritual que siempre se debe de ejecutar a la hora de encapsular el fulgor y la tonalidad de los dioses. Me incline de manera que mis rodillas casi llegaran al piso, estando en ese punto, sentía como la fuerza brotaba desde su interior y se transmitía lentamente hasta llegar a mis pupilas.
La bóveda celeste estaba en llamas, gritaba de coraje y pasión al ver como los demonios sobrevolaban los cielos tratando de llegar hasta su corazón. Yo paciente me refugiaba hincado sobre la tierra, tratando que no me presirvieran, sino aquel rito que había efectuado no serviría de nada, y aquellos seres acabarían con mi vida. Lentamente la ardiente bola de fuego fenecía ante aquellos jóvenes de negro, esos minuciosos diablos.
Mientras moría lentamente todo alrededor se pigmentaba de su escénica, pero con ello, ella y yo comenzábamos a trabajar capturando cada fragmento y cada instante, sin perder de vista a los demonios, quienes volaban y sus aullidos de gloria retumbaban por todo el lugar. Tras pasar los minutos todo se fue tranquilizando y la musa de la noche reinaba en las alturas, todos aquellos mancebos que no pudimos capturar poco a poco desaparecían huyendo de su brillar. Ella me reflejaba tras su cristal la gran labor realizada: el éxito era inminente.
Me levante del lugar en el que me encontraba, la acaricie delicadamente con mis manos y le agradecí por otra batalla ganada ante lo omnipotente. Un pequeño sendero iluminado por la reina nocturna era nuestra salida de ese sitio. Comenzó a dormir sobre mis brazos y todo culmino con gran magnificencia.
Recuerdos.
No te detesto sin argumentos, mejor intenta reflexionar un poco sobre la prudencia que te hace falta. Ya mataste el sentido que la vida tenia para mí, ¿qué más quieres? Por un segundo pude haber cambiado, por un instante quise ser algo más, pero llegaste inesperadamente, como es tu sello personal.
Te detesto cada día que pasa en esta, mi rutinaria vida. Cuando era un niño no tenías necesidad de saltar, estabas muy bien en el lugar de donde jamás debiste haber salido. Actuaba sin tu permiso, sin que me negaras ser lo que yo era. Soñaba cuando así lo deseaba, anhelaba cosas grandiosas. Acabaste con los riesgos sin misericordia, “me salvaste” y arruinaste mi vida de un tajo. Si pudiera regresar atrás, detenerme un instante y callarte. Reconsiderar mis acciones y no temer a nada, ni a ti. No puedo más.
Llegará un día en que seré lo que no quieres que sea. Perderé la razón y saltaré sobre de ti, me encargaré de que sufras lo suficiente. Nunca más volverás por aquí. Me temerás y desearás no haberme conocido. Eso es.
…calla conciencia, calla para siempre.
Ignorancia infinita
Estúpido el hombre que no valora su amistad
Ignorante la persona que cree saber pensar
Afortunado el individuo que a su lado lleve
Una amistad, alegría y esperanza.
Perdón por ocasionar las gotas
Que a tus ojos se asoman.
Saladas gotas de mar que brotan de tus orbes
Hilos brillantes que se sostienen de ellos.
Disculpa a la persona que no supo valorarte
Arregla las cosas con tu amistad andante
No mires atrás, pues una herida recordaras
Voltea a verme y un arrepentimiento hallaras.
La estupidez ahora se puede medir
Gracias a mi, que un error cometí.
Jamás me perderás, no lo olvides
Y espero yo jamás perderte
Aimee perdón. En realidad no quería hacerte sentir mal, la frustración del momento me nublo la vista, pero no existe escusa alguna que justifique esta falta. Solo tu perdón podrá reconfortarme. Repito, jamás quise hacerte eso.
Te quiero, no lo olvides.
Tu gran amiga, claro si aun me consideras eso, Sara
Cuídate y sonríe
martes, 26 de enero de 2010
Relatos de un joven fotógrafo 1

Podría hablarles de lo que se y conozco. Llenaría sus mentes de conocimientos fotográficos y anécdotas de cómo me fui formando en el mundo en el cual hasta el más insignificante tris se captura con artefactos los cuales, su historia data desde muchos siglos antes de que yo naciera.
Tal vez les comenzaría a relatar la forma exacta de cómo es mi cámara fotográfica: sus dimensiones, sus trucos, les podría revelar dos que tres secretos, los cuales me tomo meses de chamuscarme bajo el sol ardiente intentándolos descifrar; relatarles las minuciosas aventuras que he realizado en el intento de apresar los momentos más significativos de la vida.
Pero ¿para qué comentarles de mi pasión? eso lo puedo realizar después. En estos momentos sobre mi cabeza solo ronda una persona: ella. Esa persona la cual me tiene tan embelesado de amor, la cual hace que mis fotografías sean mejor, minuto a minuto su presencia recorre de extremo a extremo mi sien, su voz se acomoda lentamente dentro de mis oídos, sus caricias se van adentrando en lo mas profundo de mis venas, mezclándose con la sangre que recorre mi esbelto cuerpo de un lado a otro, no puedo parpadear sin verla sentada en la orilla de la cama, es inaudita la forma en como mi ser aclama por ella.
Puedo relatarles lentamente como ella supero mi pasión, la forma en como sólo quiero estar junto a su presencia y encarar roses húmedos con mis labios y los suyos. Quisiera platicarles detalladamente como el universo ha conspirado a nuestro favor, pero por el momento tan sólo con estas palabras los dejare. Es corta mi introducción, sin embargo es lo que pienso en estos momentos, puesto que lo único que deseo es, estar con ella.
¿Por qué está aquí?

Caían los copos de nieve cubriendo los huecos de su corazón, congelaban los recuerdos que la atormentaban dejándola sin fuerzas aún para poder llorar, el invierno ya no perdonaba su dolor, ella ya ni siquiera podía volar como siempre en sus sueños, y llegó su salvación...
De entre sus recuerdos salió un papel parecido al color de una nube antes de llover, estaba sucio, olvidado tras las sombras de su tristeza, y decidió escribir, plasmar todo lo que no podía decir, todo lo que no podía gritar, transformó calles oscuras de su pasado en tormentas de luz en ese presente, en el tiempo presente de la escritura...
Así, primero aquel papel quitó su frío, iluminó un poco de su camino, luego la salvó del sol que quemaba su corazón, y la ayudó a no ahogarse gracias al soporte de las letras, gracias a que éstas eran fuertes y siempre estaban alerta...
Cuando el papel se acabó, su mundo se convirtió en su cuaderno, escribía en las nubes, al lado de la lluvia, en el mismo sol y hasta en los copos de nieve, usaba su sangre, usaba su voz, sus manos y toda su fuerza, aquella fuerza que se convierte en papel de nuevo cuando llega él, ante el cual ha creado el escudo de su literatura, ella está aquí dispuesta a crear luz en la oscuridad, a mostrar la verdad sin tener que llorar, está aquí porque quiere gritar con la fuerza de su imaginación que "es libre", de él, de la vida...
Está aquí, porque es lo único que la hace vivir: SER CAPAZ DE TRANSFORMAR SU MUNDO, SER DUEÑA DE SU PROPIO ESPACIO, DE SUS PALABRAS,ella está aquí porque nadie soporta tanto tiempo la tristeza, y ella la combate al escribir...
lunes, 25 de enero de 2010
APUESTA POR UN FUTURO

Acepto que carezco de memoria a largo plazo, el espacio está reducido y generalmente lo ocupo con recuerdos que parecieran insignificantes, pero ¡ah cómo me hacen recordar hasta los detalles!
Entre mis memorias, me veo de siete años escribiendo unas notas que yo llamaba poesía, claro, aún sin saber qué era la poesía, lo cual es de dar risa. Pero ¡vaya! Se trató de un buen intento o por lo menos era un excelente acto de interés por escribir. Mucha gente que se encuentra en plena senectud siguen sin tener siquiera una pizca de interés por escribir. Así que me reconforta haberle encontrado el gusto desde pequeña.
En los juegos infantiles mi hermana quería ser maestra, el primo Gabriel se debatía siempre entre ser basurero, policía o bombero; la prima Nena quería de todo un poco, y yo ni sabía qué decir, es que si algo tengo es que siempre he sido indecisa.
Y pese a que entre los juegos que más me gustaban jugar eran cantar, bailar y ser la alumna de mi hermana, ésta apostó a que en un futuro yo sería escritora. Aún no sé si ganó esta apuesta pero el juego continúa y presiento que le ganaré.
Eran los festejos del día del maestro y yo cursaba el cuarto grado de primaria. El profesor nos hizo competir entre todos los compañeros de clase para elegir las tres mejores composiciones y que las mismas fueran recitadas en la ceremonia del lunes: honores a la bandera. Aún conservo la mía, ganadora del primer lugar y, por ende, fue recitada frente a todo el alumnado de la escuela primaria Claudio Cortés Castro.
Mi hermana seguía apostando por su predicción. Eso ocurrió a finales del siglo pasado. Qué fuerte me resulta hablar del siglo pasado para referirme a una vivencia mía cuando apenas cuento con veinte años de edad. Pero bueno, tenemos que envejecer y tengo que seguir hurgando en la última década de ese siglo para poder seguir escribiendo. Abro paso aquí a una nueva apuesta con ustedes…